RECORDARAN AL POETA DOMINGO ZERPA

La Sociedad Argentina de Escritores seccional Jujuy, realizará este martes un encuentro en la Biblioteca Popular de Jujuy, a partir de las 19.30.
El 20 de este mes se cumplirán cien años del natalicio de uno de nuestros más representativos poetas.
Por ello, escritores y diversos referentes de las letras y la cultura jujeña realizaran una serie de actividades que comenzaran este martes 15 en instalaciones de la Biblioteca Popular – Belgrano al 600 – de nuestra ciudad capital. 


 Domingo Zerpa nació en Runtuyoc, a diez kilómetros al norte de Abra Pampa, el 20 de diciembre de 1909.
Hijo de dos nativos de nuestra puna jujeña, Liboria Ramos y Mariano Zerpa, sus primeras letras las cursó en la Escuela Nacional 18 de Santuario. Más adelante continuó sus estudios en la Escuela Nacional 21 de Abra Pampa, y terminó la escuela primaria en la Normal de Preceptores de Humahuaca.
En el Colegio Nacional “Teodoro Sánchez de Bustamante” de la capital jujeña, se graduó como Bachiller y fue alumno del Instituto Nacional del Profesorado “Valentín Gómez de Buenos Aires. En esta última institución tuvo como maestros a Pedro Henriquez Ureña, Amado Alonso, Rafael Alberto Arrieta y a María Rosa Lida, entre otros.
Ejerció la docencia durante treinta años desde 1938 hasta 1965, en el Colegio Nacional y en la Escuela Normal Mixta de Chivilcoy en Buenos Aires.
Sus obras en verso, en su mayoría, puntaron deliberadamente a su tierra natal, incluso algunas muy ceñidas al habla rústico de los puneños, como “Puya- puya” (1933) y “Erques y cajas” (1942). Otras de sus obras son “La Puna al son de las cajas” (1975) y “Abra Pampa” (1983).
Su vida familiar la armó junto a una mujer que también encontró en la escritura su felicidad, Dora Tregini de Zerpa, con quien vivió hasta sus últimos días. 
Cuando falleció, el 20 de mayo de1999, Domingo Zerpa, tenía en pie de imprenta el único trabajo en prosa de su producción, que vio la luz poco después, “El fabricante de humo”, con cuentos y narraciones sobre la vida del altiplano puneño.
Algunos años después de su fallecimiento, murió también su mujer, Dora Tregini.
Sin dudas, un prócer de la cultura jujeña que no debe ser olvidado, y mucho menos dejar de leerse.